Esta semana la industria del entretenimiento parece más un capítulo de Succession que un movimiento corporativo normal. Y, sinceramente, qué maravilla para quienes seguimos estas batallas como si fueran blockbusters propios.

Paramount Skydance (que ya venía oliéndose algo raro) ha pegado un puñetazo sobre la mesa: acusa formalmente a Warner Bros. Discovery (WBD) de llevar un proceso de venta injusto, desequilibrado y con resultado predeterminado.

Todo esto mientras Netflix se posiciona como principal candidato para quedarse con HBO Max y el estudio Warner Bros. Sí, has leído bien: Netflix, dueña de Stranger Things, podría terminar controlando Gotham, Hogwarts y todo el catálogo de DC.

Vamos por partes, porque el culebrón tiene capas.

Y antes de empezar: si aún no os habéis suscrito gratis, este es el mejor momento para hacerlo.

La carta —durísima— enviada por los abogados de Paramount a David Zaslav, CEO de WBD, denuncia que:

Paramount incluso cita informaciones donde se habla de la “chemistry” entre ejecutivos de WBD y Netflix. En Hollywood, esa palabra pesa más que una auditoría.

Además, ha trascendido que WBD rechazó tres ofertas completas de Paramount antes siquiera de abrir el proceso formal. Y eso huele, como poco, a favoritismos.

Netflix ha presentado una oferta principalmente en efectivo, algo muy atractivo para un conglomerado endeudado como WBD. Tanto Netflix como Comcast habrían aumentado sus propuestas en esta segunda ronda.

Pero aquí llega la bomba:
El periodista Charles Gasparino asegura que el Departamento de Justicia del Gobierno Trump ya prepara una investigación antimonopolio multianual si Netflix gana la puja. El argumento: su “control dominante” del mercado del streaming.

Que Netflix compre HBO Max sería, a nivel de poder mediático, un movimiento sin precedentes. Y es normal que levante todas las alarmas regulatorias.

Otro punto crítico de la carta: un supuesto encuentro entre ejecutivos de WBD y la Comisión Europea donde se habría debatido que una fusión con Paramount podría crear “excesiva concentración mediática”.

Si eso fuera cierto, Paramount lo interpreta como WBD moviendo hilos para torpedear su oferta desde Bruselas.

Lo que Warner está subastando (o preparando para trocear) es un paquete histórico:

Netflix y Comcast solo quieren el estudio y el streaming.

Paramount pretende comprar todo el conglomerado, sin desmontarlo.

Este detalle es clave: Paramount busca un “superestudio” capaz de competir con Disney en cine, streaming y TV; Netflix, en cambio, quiere músculo cinematográfico y IPs de prestigio.

Las fuentes dicen que WBD anunciará ganador la semana que viene.
Pero, con la carta de Paramount filtrada, el posible lío antimonopolio y la presión pública… esto podría alargarse o incluso explotar.

En cualquier caso, estamos ante el mayor reordenamiento mediático desde la compra de Fox por Disney.

Gracias por acompañarme en este repaso a un Hollywood que cada vez se parece más a su propia ficción. Si Zaslav anuncia ganador la próxima semana —como prometen las fuentes—, aquí lo analizaremos con calma.

Esta noticia está escrita por Fran Molinez.

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