Llevo toda la semana con esa sensación rara que tenemos los fans cuando vuelve una serie que ha marcado un antes y un después. Ese “vale, ¿y si esta vez no remata bien?”. Pues bien: tras ver Stranger Things 5 Vol. 1, puedo respirar tranquilo. Y sonreír. Y poner la banda sonora en bucle. Los Duffer arrancan el final con una confianza que recuerda, por fin, a la serie que nos atrapó en 2016.

La chispa está. Aunque, siendo sincero, también hay algún fogonazo que tarda un pelín en encender.

(Y ojo, porque también deberíamos abrir el melón de lo raro que se siente ver estos cuatro episodios… y tener que esperar un mes para el Vol. 2 y luego más días aún para el final.)

Antes de empezar: si aún no os habéis subscrito gratis, este es el mejor momento para hacerlo.

El Vol. 1 nos sitúa en un Hawkins destrozado, sitiado por el gobierno y con la amenaza de Vecna en paradero desconocido. Los personajes vuelven con esa mezcla tan reconocible de aventura, terror y camaradería que nos recuerda directamente a la magia de la temporada 1. Y eso, para quienes siempre pensamos que Stranger Things funciona mejor cuando su centro está en el grupo, es una alegría.

Ahora bien: aunque el conjunto funciona, hay un detalle que no puedo ignorar y que muchos comentan: los dos primeros capítulos podrían haber sido más compactos. Se nota que los Duffer quieren colocar todas las piezas sobre la mesa, pero en esa necesidad de arrancar a lo grande, la serie tarda un poco en encontrar su ritmo.

No es que estén mal, ni mucho menos. Tienen ambientación, tensión y detalles que suman. Pero entre montaje rápido, subtramas simultáneas y presentaciones largas, dan la impresión de estar estirados más de lo necesario. En manos más concisas, podrían haber tenido más pegada con menos metraje.

Una vez pasado ese “arranque XXL”, la temporada empieza a fluir de verdad.

Cuando la serie se centra en lo que siempre ha hecho mejor —los personajes—, ahí sí que no falla. La evolución de Eleven vuelve a brillar, incluso sin ser aún el centro absoluto de la acción: Millie Bobby Brown tiene especialmente un brillo especial cuando interpreta a Eleven, de hecho creo que es el mejor personaje de la actriz.

Y luego está Dustin. Qué maravilla. Gaten Matarazzo se marca algunos de los mejores momentos interpretativos de toda la serie, ofreciendo profundidad, humor y vulnerabilidad. El resto de la pandilla —Steve, Nancy, Lucas, Mike, Jonathan— funciona con esa química de “familia imperfecta” que siempre ha sido la clave del éxito. Todo encaja mejor cuando están juntos, y aquí lo están mucho más que en la temporada 4.

Y dejadme dejar clara otra cosa: Maya Hawke está espectacular. Robin se ha convertido en uno de los corazones emocionales de la serie.

En cuanto a Vecna, Jamie Campbell Bower sigue siendo un hallazgo impresionante: escalofriante, calculado, totalmente magnético. Cada vez que aparece sabes que algo se trama y eso que como Vecna en esta temporada sale poco... y no me quejo es una idea que me gusta bastante.

Se nota que Netflix ha tirado la casa por la ventana. El Volumen 1 es, probablemente, lo mejor que ha lucido la serie desde sus inicios: fotografía más cinematográfica, efectos más cuidados (a veces no), un Upside Down que da asco y miedo a partes iguales, y un score que vuelve a jugar con la nostalgia sin sonar repetitivo.

Da la sensación de que todos se dijeron: “Es la última. Que se note.” Y se nota.

Al cerrar este primer bloque, me quedo con una sensación clara: Stranger Things está apuntando alto. Muy alto. Aunque los dos primeros episodios podrían haber sido más afilados, el resto del volumen funciona de maravilla, equilibrando emoción, terror y un sentimiento de despedida que va calando capítulo a capítulo.

Si esta es la antesala del final… prepárate. Porque pinta a despedida de las que duelen, pero de las que recuerdas.

Eso sí, Netflix nos ha dejado con la tortura emocional de esperar un mes para el Vol. 2 y luego más días para el final definitivo. No sé si es estrategia o crueldad, pero desde luego están jugando con nuestro corazón como si fuera el Upside Down.

Gracias por estar aquí un día más.

Esta noticia está escrita por Fran Molinez.

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