El Upside Down se come las métricas

La semana ha sido de locos en el mundo del streaming. Llevábamos meses con Netflix relativamente estable, sin grandes terremotos… y de repente llegan los hermanos Duffer con cuatro episodios y revientan todos los contadores como si fueran luces navideñas en casa de los Byers. Qué gusto da cuando un fenómeno cultural vuelve a demostrar por qué es fenómeno.

Vamos al lío.

Y antes de empezar: si aún no os habéis suscrito gratis, este es el mejor momento para hacerlo.

59,6 millones de views en cinco días.
Ni más ni menos que el mejor estreno global de una serie en inglés en toda la historia de Netflix. Solo Squid Game (Temporadas 2 y 3) ha tenido estrenos mayores, y estamos hablando del mayor monstruo coreano desde el gumiho.

La Temporada 4, en 2022, abrió con lo equivalente a 22 millones de views (cuando Netflix aún medía horas vistas). La T5 ha duplicado, triplicado y pulverizado todo, con un +171% de crecimiento.

Y esto solo con los cuatro primeros episodios.

Recordatorio:

Vamos, que Netflix tiene garantizada conversación durante todo diciembre.

Esto es lo verdaderamente salvaje: las cinco temporadas de Stranger Things entraron en el Top 10 global de la semana.

Es la primera vez que pasa con cualquier serie en la historia de la plataforma.

Es decir: el fandom se ha puesto en modo maratón total, nuevos espectadores están entrando desde cero, y los Duffer han conseguido lo que muchas IPs matan por tener: ser tradición generacional.

Hay tres claves importantisimas:

No es solo una serie: es un ritual. Cada estreno reengancha a públicos muy distintos: nostálgicos ochenteros, adolescentes que la descubren por primera vez, y espectadores casuales que “la ven porque todo el mundo habla de ella”.

Solo cuatro episodios. Mucha teoría. Mucha especulación. Mucha necesidad de refrescar temporadas previas. Y un final que llega escalonado hasta fin de año.

Netflix no solo estrena, esta coreografía la conversación.

La serie acaba.
Y cuando una IP termina, el público vuelve al origen.
Es algo que ya vimos con Breaking Bad, Game of Thrones o The Walking Dead.

El cierre convierte todo en evento de legacy, y eso dispara revisiones.

Y aquí me quedo, todavía con el runrún de que estamos presenciando el principio del fin de una de las series más influyentes de la última década. Lo bonito de Stranger Things es que ha conseguido algo que muy pocas franquicias logran: que cada temporada, por irregular que sea, se sienta como un reencuentro con amigos de adolescencia.

Diciembre va a ser un mes movido: estrenos escalonados, teorías cada vez más salvajes y un fandom que quiere respuestas antes de que caigan las campanadas. Y lo mejor de todo es que, tanto si la serie clava el final como si se mete en un jardín interdimensional, lo vamos a vivir juntos.

Nos vemos este viernes, como siempre, con más monstruos, más datos y más cultura pop de la buena.

Esta noticia está escrita y editada por Fran Molinez.

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